sábado, 2 de enero de 2010

Chinatown - Guión de Robert Towne.


FOTOGRAFÍA QUE OCUPA TODA LA PANTALLA

La imagen es granulosa y deslavada pero de manera inequívoca se puede observar a un hombre y a una mujer que hacen el amor. La fotografía se estremece. RUIDO de voz humana que exhala un GEMIDO de sufrimiento. La fotografía cae, APARECE otra, más evidente aun. Le sigue una tercera, luego otra. Se escuchan nuevos gemidos.

KERLY

(En off). Oh, no.

INT. BUFETE DE GITTS.

KERLY deja caer la fotografía en el escritorio de Gitts. Kerly es un hombre enorme, mucho más alto que GITTS. Está completamente bañado en sudor dentro de su ajustada ropa de trabajo. Se le hace difícil respirar. Una gota de sudor cae de su frente a la superficie pulida de la mesa.

Gitts la ve. En el techo gira el ventilador. Gitts lo mira pensativo, luego baja los ojos hacia Kerly. A pesar del bochorno, Gitts se ve fresco y animado en su blanco traje de lino. Sin apartar la vista de Kerly, enciende un cigarrillo con una fosforera de escritorio que tiene forma de clavel.

KERLY, exhalando un chillido de sufrimiento, se da la vuelta y golpea la pared con el puño, derribando el cesto de la basura. Luego comienza a sollozar, mirando hacia la pared, en la cual su puño dejó una leve abolladura y desvió de su lugar a varias fotografías autografiadas de estrellas de cine.

Después se deja caer de rodillas y se echa a llorar, hundiendo su rostro en las cortinas. Gime inconteniblemente y, para ahogar su dolor, con fuerza clava los dientes en la cortina.

Gitts lo observa inmóvil.

GITTS

Está bueno, basta. No debes comerte mis cortinas. Las instalé apenas el miércoles.

Kerly, sin cesar de llorar, lentamente se pone de pie. Gitts abre una gaveta del escritorio, extrae un vaso y elige, de entre la multitud de botellas de fino whisky, una botella de Bourbon barato.

Llena el vaso y lo empuja por la superficie lisa hacia Kerly.

GITTS

Bébete este asunto.

Kerly mira estúpidamente el vaso, lo levanta y bebe un gran trago. Luego se deja caer sobre el respaldo de la silla frente a Gitts y llora en silencio.

KERLY

(Bebe, un poco relajado). Ella no lo vale.

GITTS

¿Y qué me resta decirte, muchacho? Tienes la razón. Cuando tienes la razón, no es necesario añadir nada. Y en este momento tú tienes la razón.

KERLY

Ni vale la pena pensar en ella.

GITTS

Tienes toda la razón. En tu caso, yo no pensaría más en ella.

KERLY

(Sirviéndose más licor). ¿Sabe qué? Usted es una persona, mister Gitts. Yo entiendo, este es su trabajo, pero usted es una persona.

GITTS

(Recargándose en el respaldo). Gracias, Kerly. Llámame Jack.

KERLY

Gracias. Te diré algo, Jack.

GITTS

¿Sobre qué Kerly?

KERLY

Creo que de seguro la mataré.

INT. BUFETE DE DUFFY Y WALSH.

Menos lujoso que el despacho de Gitts. Una mujer bien conservada, de cabellos oscuros, por alguna razón muy preocupada, está sentada entre los escritorios de los dueños del bufete y nerviosa sacude la cintilla de su sombrero.

MUJER

Yo confiaba que mister Gitts se ocuparía personalmente de esto...

WALSH

(Al estilo del que consuela a la parienta del difunto). Mientras usted nos permite hacerle algunas preguntas preliminares, él estará a su disposición.

Desde el interior del despacho de Gittas se escuchan los GEMIDOS de Kerly, a través del tabique adornado con un vitral... La mujer comienza a irritarse.

INT. BUFETE DE GITTS. GITTS y KERLY.

Gitts y Kerly están de pie ante la mesa. Gitts mira con desconfianza hacia el gigante que respira con dificultad. Luego saca un pañuelo y limpia la gota de sudor de la mesa.

KERLY

(Llora). Por esto no me castigarán.

GITTS

¿Así lo crees?

KERLY

No por mi mujer. Es una ley.

Gitts arroja las fotografías a la mesa y grita.

GITTS

¡Yo te voy a hacer entender la ley, imbécil hijo de perra! Es necesario ser rico para matar a alguien, a quien sea, y salir seco del agua. ¿Crees que tienes la plata suficiente para darle largas al asunto?

Kerly se intimida.

KERLY

No...

GITTS

Puedo apostar tu trasero a que no la tienes. Inclusive no tienes con qué pagarme.

Esto consterna aun más a Kerly.

KERLY

Pagaré después del siguiente viaje. Solamente pescamos pez azul, sesenta toneladas cerca de San Benedicto. Nunca pagan por el pez azul tanto como por el atún...

GITTS

(Despidiéndolo). Olvídalo. Fue por poner un ejemplo...

INT. RECIBIDOR DEL BUFETE.

Gitts conduce a Kerly cerca de SOPHIE, aquella desvía los ojos. Él abre la puerta desde donde podemos leer un anuncio hecho con trocitos de cristal: "D. D. GITTS y CÍA - INVESTIGACIONES PRIVADAS".

GITTS

No me hacen falta tus ahorros.

Abraza a Kerly por la cintura y sonríe ampliamente.

GITTS

(Continúa). ¿Por quién me tomas?

KERLY

Gracias, mister Gitts.

GITTS

Llámame Jack. Ten cuidado al conducir a casa, Kerly.

Azota la puerta tras Kerly y la sonrisa desaparece de su rostro. Agita la cabeza y dice una maldición entre dientes.

SOPHIE

La señora Mulray le espera con mister Walsh y mister Duffy.

Gitts afirma y entra.

INT. BUFETE DE DUFFY Y WALSH.

Cuando Gitts entra Walsh se pone de pie.

WALSH

Señora Mulray, permítanos presentarle a mister Gitts.

Gitts avanza hacia ella y nuevamente en su rostro se dibuja la sonrisa cálida y amistosa.

GITTS

Qué tal, señora Mulray...

SEÑORA MULRAY

Mister Gitts...

GITTS

Y bien, señora Mulray, cuál es su problema?

Ella vacila, no le es fácil sincerarse.

SEÑORA MULRAY

Mi esposo... Me parece que se cita con otra mujer.

Gitts se muestra extrañado. Se voltea en busca de apoyo hacia sus compañeros.

GITTS

(Sombrío). ¿Está segura?

SEÑORA MULRAY

Temo que sí.

GITTS

Es una lástima.

Gitts toma asiento cerca de la señora Mulray, entre Duffy y Walsh. Duffy mastica chicle.

Gitts lo mira irritado. Duffy cesa de masticar.

SEÑORA MULRAY

¿Podríamos discutirlo a solas, mister Gitts?

GITTS

Temo que no, señora Mulray. Estos hombres son mis agentes y en un momento dado me ayudarán. Yo solo no puedo hacerlo todo.

SEÑORA MULRAY

Sí, claro...

GITTS

¿Y qué le hace pensar que él se entretiene con alguien?

La señora Mulray vacila. Evidentemente es una pregunta que le preocupa en demasía.

SEÑORA MULRAY

La esposa siempre lo siente...

Gitts suspira.

GITTS

Señora Mulray, ¿usted ama a su marido?

SEÑORA MULRAY

(Como tomada por sorpresa). Por supuesto...

GITTS

(Tranquilizador). Entonces vaya a casa y olvídese de esto.

SEÑORA MULRAY

Pero...

GITTS

(Mirándola fijamente). Estoy seguro de que él le ama también. ¿Conoce el refrán: "No despierten al perro dormido"? A veces es mejor no saberlo.

SEÑORA MULRAY

(Impaciente). ¡Pero yo debo saberlo...!

Su sinceridad es auténtica. Gitts mira a sus compañeros.

GITTS

Está bien. ¿Cómo se llama su marido?

SEÑORA MULRAY

Hollis. Hollis Mulray.

GITTS

(Evidentemente sorprendido). ¿"Agua y Energía"?

La señora Mulray asiente, con cierta timidez. Con el rabillo del ojo, Gitts examina atentamente los detalles de su vestimenta, su bolso, los zapatos, etc.

SEÑORA MULRAY

Sí, él es el ingeniero principal de la empresa.

DUFFY

(Impaciente). ¿El ingeniero principal?

La mirada que Gitts arroja a Duffy demuestra que él mismo quiere continuar el interrogatorio. La señora Mulray asiente.

GITTS

(Confidencial). Este género de investigación le saldrá caro, señora Mulray. Se necesita tiempo.

SEÑORA MULRAY

Para mí el dinero no signficia nada, mister Gitts.

Gitts suspira.

GITTS

Muy bien. Veamos qué podemos hacer por usted.

EXT. EDIFICIO DE LA MUNICIPALIDAD. POR LA MAÑANA.

Se respira el bochorno.

Ante el edificio, al pie de la escalera, un borracho se limpia la nariz, sonándose en la fuente.

Gitts, impecablemente vestido, pasa junto al borracho y asciende por la escalera.

INT. SALA DEL CONSEJO DE LA CIUDAD.

Toma la palabra el alcalde SAM BAGBY. Tras él hay un enorme plan de un distrito de la ciudad con frases explicativas y grandes encabezados: "DIQUES Y CISTERNAS PROPUESTOS EN EL DISTRITO ALTO VALLEY".

Durante la participación de Bagby varios miembros del consejo miran las caricaturas y las columnas de los chismes en periódicos y revistas.

BAGBY

Hoy día, caballeros, ustedes pueden salir por esa puerta, virar a la derecha, abordar el tranvía y dentro de veinticinco minutos respirar el aire del océano Pacífico. Hoy día ustedes pueden nadar en él, pescar, navegar en velero, pero no pueden beber de su agua, no pueden regar el prado frente a su casa o el huerto de naranjos. Recuerden, vivimos junto al océano, pero también vivimos al borde del desierto. Los Ángeles es una población en el desierto. Bajo este edificio, bajo cada calle está el desierto. Sin agua, el desierto nos cubrirá, ¡como si jamás hubiéramos existido! (hace una pausa, mirando con agrado la impresión producida).

ACERCAMIENTO - GITTS

está sentado junto a un granjero desaseado. Se aburre. Bosteza y se retira lo más lejos del granjero sucio.

BAGBY

(Continúa). Alto Valley nos puede salvar de esto, y añadiré mi humilde opinión, de que ocho millones y medio no es un precio tan alto, para que el desierto está de aquel lado de nuestras calles y no sobre nosotros.

OYENTES - SALA DEL CONSEJO DE LA CIUDAD

El auditorio compuesto de granjeros, hombres de negocios y empleados escucha a Bagby con gran interés. Un par de granjeros aplaude. Alguien los obliga a callar.

EL PRESIDIUM DEL CONSEJO

discute en voz baja la participación

MIEMBRO DEL CONSEJO

(Conocido de Bagby). Alcalde Bagby... déjenos escuchar de nuevo la opinión del Departamento. Pienso que de "Agua y Energía" primero haga su participación mister Mulray.

REACCIÓN - GITTS

alza los ojos por encima del programa y de golpe mira a

MULRAY

quien va hacia el plano de la ciudad. Es un hombre delgado, de unos sesenta y tantos años. Usa anteojos y se mueve con sorprendente plasticidad. Se dirige a un joven no muy alto y asiente. El joven desenvuelve un afiche con explicaciones en el plano.

MULRAY

Por si acaso lo olvidaron, caballeros, les recuerdo que costó quinientas vidas la catástrofe de la presa Van de Lipp. Las pruebas de profundidad han demostrado que bajo las rocas se hallan enormes depresiones, tales como las que condujeron a la catástrofe de Van der Lipp. No soportarán esa presión.

(Señalando al nuevo afiche). Ahora, de nueva cuenta ustedes están ofreciendo un terraplén de fango de la costa con inclinaciones de dos y medio a uno y una altura de ciento veinte pies con una extensión de veinte mil acres para el depósito de agua. Sencillamente les diré: no estoy dispuesto a repetir dos veces el mismo error. Gracias, caballeros.

Mulray se aparta de la pizarra con afiches y toma asiento. Inesperadamente en las filas traseras se escuchan voces y gritos de asombro. En la sala aparece un GRANJERO de rostro enrojecido que arrea varias ovejas escuálidas que balan con fuerza. Estas ocasionan un pánico natural.

PRESIDENTE DEL CONSEJO

(Grita al granjero). ¿Por qué demonios haces esto? (Mientras tanto, las ovejas balan y descienden hacia el presidium por el anfiteatro). ¡Llévese lejos a estos malditos animales!

GRANJERO

(En respuesta). Dime, ¿a dónde tengo que llevármelos? ¿A dónde, eh? ¿No tienes una respuesta, eh?

Los guardias, obedeciendo a las exigencias del consejo, intentan atrapar a las ovejas y a los granjeros, reduciendo a aquel que, evidentemente, pretende atacar físicamente a Mulray.

GRANJERO

(Por sobre la cabeza de los guardias, dirigiéndose a Mulray). ¡Te robas el agua del valle, acabas con las siembras, matas de hambre a mi ganado! Quién te está pagando por hacer eso, mister Mulray, ¡eso es lo que quiero saber!

Traducción del ruso de Insignia films